Esto parece una cruzada contra el ladrillo....oye ¿por qué será?
Un pista. El Sistema Financiero no solo les da la espalda, sino que les niega como Judás a Jesucristo....el ladrillo está ya maldito (y lo que le va a caer en cuanto pase Marzo 08).
http://www.bolsacinco.com/071022075858B5_inmobiliarias_cuestiones_estado_cuentos_chinos.htm Algunos promotores inmobiliarios han adelantado dos meses la carta a los Reyes Magos. Y por pedir que no quede en estos tiempos de incertidumbre en el que los señores de la bolsa no quieren saber nada del ladrillo mientras la coyuntura amenaza ruina en forma de una ralentización que pone en tela de juicio el aterrizaje suave de los precios de la vivienda que el sector, el Gobierno y un buen número de los analistas auspician y tratan de convertir en realidad a toda costa.
En una entrevista concedida al diario Cinco Días, el vicepresidente de Fadesa, Antonio Martín, no se ha cortado un pelo al asegurar que el Gobierno debe tomarsela crisis del sector inmobiliario y de la construcción como una cuestión de Estado. Sorprendente afirmación -que en privado también comparten muchos ejecutivos de nuestras promotoras- que tiene un destinatario directo que no es otro que el sector bancario, que están cerrando el grifo de la financiación a la vista de que con la crisis crediticia en curso las cuentas ya no salen.
Sobre todo cuando se trata del sector inmobiliario, sobreendeudado, con el consiguiente riesgo que eso supone para bancos y cajas de ahorros. Ha dicho Martín que los promotores le han dado mucho dinero a ganar a la banca, y que es el momento de devolver el favor. Menos clara pero con el mismo fondo es la declaración del presidente del Gobierno, que ha pedido al sistema financiero que no pare la música. En juego está nada menos que el ritmo de crecimiento de nuestra economía.
En la trinchera de los prestamistas, el horno no está para bollos. Mirados con lupa por los analistas, que buscan las rendijas por las que se puede haber colado la crisis crediticia y subprime, bancos y cajas se aplican a hacer sus deberes y poner la casa en orden, por si acaso. Ya se sabe que en cuestión de negocios, no hay favores que valgan. Por más que el recién creado lobby inmobiliario –presidido por el otro Martín, Fernando- le haya pasado la mano por encima a sus financiadores hace unas semanas asegurando que el riesgo de contagio de la crisis subprime en España es mínimo.
Más le vale a la parte del sector inmobiliario a la que no le llega la camisa al cuello apretarse fuerte los machos porque les va a costar mucho que nadie les reconozca el papel de víctimas del cambio de ciclo. Sólo ahora reclaman más vivienda social, a sabiendas de que es un salvavidas en un mercado de la promoción paralizado, pero hasta antes de ayer se han dedicado a comprar a caro, poner en valor a precio de oro sus negocios y amasar grandes fortunas en bolsa al calor de un boom que parecía no tener fin. Recurrir al Estado ahora no parece una fórmula que case bien con cotizar en bolsa. Es, más bien, un mensaje poco alentador para los inversores, que preferirían más y mejor gestión.