Una media de 10.000 euros puede encarecerse la compra de una vivienda de protección oficial si se suprime y reduce parte de las subvenciones que hasta ahora existían, como la ayuda por la compra de vivienda o para el alquiler, según se propuso en la última reunión interterritorial de Vivienda. Alrededor de 8.000 aragoneses podrían encontrarse en esta situación, según explicó ayer el presidente de Arqueros -la asociación de vecinos de Arco Sur-, Antonio Almudí. Solo en este barrio ya hay 4.500 afectados directos.
Esta agrupación convocó ayer 11 de Septiembre una manifestación en Zaragoza para reivindicar que esas ayudas se mantengan. “Muchos contaban con ellas cuando compraron su vivienda e hicieron sus cuentas”, señaló. A la protesta, a la que estaban convocados vecinos, políticos, asociaciones o cooperativas, se unió también Jesús Labuena, representante de un colectivo de Parque Venecia. “Nos vendieron un producto que era una VPO y ahora nos quitan las subvenciones”, criticó.
Ese es el caso, por ejemplo, de José Orte, que hace unos años adquirió una vivienda de estas características. “Hicimos unas cuentas contando con las ayudas. Luego subieron el precio del módulo; después, el iva. Ahora no nos van a desgravar en la declaración de la renta por compra de vivienda ni nos van a otorgar la subvención estipulada en el momento de la entrega de llaves”, explicó este joven. “Ya no nos salen las cuentas”, concluyó.
Algo parecido le ha ocurrido a Jorge Muniesa. En sus planes entraba hacer una inversión de 160.000 euros, pero es posible que esta se incremente en 10.000 más. “Esperemos que al menos esto sirva para algo, si no es por parte del Ministerio, sí por parte del Gobierno de Aragón”, expresó su novia.
A la protesta también acudió el portavoz de CHA en el Ayuntamiento, Juan Martín, quien afirmó que esta situación no hace más que generar “más incertidumbre” de la que ya existe de por sí en un mercado un mercado como el de la vivienda.
Los asistentes a la manifestación, alrededor de 200 personas, se concentraron a las puertas de la sede del Gobierno de Aragón. Allí leyeron un manifiesto en el que no faltó una sátira al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y a la ministra de Vivienda, Beatriz Corredor. Después, emprendieron una marcha parando el tráfico hasta la plaza del Pilar.