Efectivamente, qué atrevida es la ignorancia.
En primer lugar, los sacerdotes diocesanos, como Don Ignacio, párroco de Las Tablas, no hacen votos ni de castidad ni de obediencia ni de pobreza. Que vivan la castidad, la obediencia y la pobreza - que las viven - no significa que hagan votos... Aunque ciertos ignorantes ni sepan ni quieran saber cuál es la diferencia.
En segundo lugar, un sacerdote de la diócesis de Madrid, como Don Ignacio, puede ganar entre 825 y 875 euros al mes. Vamos, que no es para tirar cohetes.
Por otro lado, el que sólo le haya visto el La Lola es porque no frecuenta la parroquia, ya que la mayor parte del tiempo, Don Ignacio está atendiendo sus labores como párroco. Y sí, yo también le he visto tomándose una cerveza y viendo un partido de fútbol en algún bar. ¿Y? ¿No tiene derecho a hacerlo?
Si alguien puede demostrar que el dinero de esa cervecita que se toma Don Ignacio viene de las colectas de la Iglesia o de dinero que no es de su propio sueldo, que lo denuncie. Ya le digo yo que tiene todas las de perder...
En fin, mucha hipocresía es lo que hay.