Hay parejas tan penosas que quieren emular una especie de autoimagen adinerada y voluptuosa de una familia terrateniente con sus viñedos y sus bodegas... pero todo metido en un pisito de Sanchiguarro. ¡Miento! Cuentan con un espacio adicional de gran relieve: el cuarto trastero. Es impresionante lo que algunas parejas son capaces de hacer en su cuarto trastero. Lo que más me llama la atención son las bodegas que se montan. Falcon Crest al lado de eso es una parcelita. Después de poner allí sus botellas, comprarse un estuche que trae un termómetro, un catavinos y un corcho con un borde de plata ribeteado por unos pequeños racimos, la pareja de horteras se apunta a un curso de cata de vinos. Ver a una pareja paleta sanchiguarra catando el vino en una copa grande del copón, es para morirse de risa. Lo mejor es ver a la paleta observar con gran satisfacción y orgullo las evoluciones de su Juanca. Si vas a visitar a una de estas parejas, hay un momento muy solemne en el que el orco le dice al zote de turno: "Vamos pabajo a pillar una botella ques de una añada que te cagas, es la hostia el buqué como a maderas, pero que acaba suave el trago, y ejcomo afrutao".