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Creo que hay una cuestion "matemática" que la gente no comprende en el tema de la "casilla" Si yo marco la casilla: para el estado 9.93, y para la iglesia 7 céntimos.
Si no la marco, para el estado 10€.
Así que para el que no marca, quede claro que es un dinero DEL ESTADO (de todos) que se da a la iglesia.
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Normal que la gente no comprenda esa cuestión matemática, pues sumar chorizos con anacardos es de indudable incomprensión.
Para empezar, ¿quién pertenece al Estado? ¿Tú perteneces al Estado? ¿Yo pertenezco al Estado? ¿La Iglesia pertenece al Estado? La respuesta es sí en todos los casos. Lo digo porque hablas de la Iglesia y el Estado como si fuesen dos entes sin nada en común.
Dicho esto, el que marca la famosa casilla decide que de los 10 euros que tienen que aportar al Estado, 7 céntimos vayan destinados a la Iglesia Católica. El que no la marca es porque no quiere que ni un solo céntimo de su aportación vaya a la Iglesia Católica, sino que prefiere que vaya integramente, por ejemplo, a los siguientes destinatarios en modo de subvenciones y ayudas:
- Subvenciones a organizaciones sindicales representativas del personal funcionario docente de los centros públicos de enseñanza no universitaria (BOE 31 de enero de 2014)
- Subvenciones en régimen de concurrencia competitiva, para la promoción de la lectura y las letras españolas (BOE 10 de febrero de 2014)
- Subvenciones para la edición de revistas culturales (BOE 17 de febrero de 2014)
- Ayudas a la danza, la lírica, y la música (BOE 7 de marzo de 2014)
- Ayudas a la difusión del teatro y del circo y a la comunicación teatral y circense (BOE 7 de marzo de 2014)
- Subvenciones para entidades sin fines lucrativos que promueven y fortalecen la industria editorial (BOE 3 de abril de 2014)
- Subvenciones para la edición de libros (BOE 7 de abril de 2014)
Esto es solo un ejemplo, pues si se pusieran únicamente las ayudas a las centrales sindicales UGT y CC.OO. que entre ambas han llegado a reunir en torno a ¡¡9 millones de euros!! anuales a través de un sinfín inexplicable de asociaciones y entidades sindicales, no acabaría jamás este escrito.
Con todo esto yo puedo elegir que mis 7 céntimos vayan a la Iglesia Católica, pero no puedo elegir cuántos céntimos destinaré a las demás organizaciones tan privadas como la Iglesia. En tu caso, sí puedes decidir que ni un solo céntimo de tu aportación vaya a la Iglesia Católica y si todos los españoles obraran como tú, la Iglesia no recibiría nada, pero sí lo recibirían las demás organizaciones. Más aún, probablemente esa aportación no recibida por la Iglesia fuera a parar en mayor cantidad a esas otras organizaciones o, en caso contrario, ya aparecerían otras que absorbieran dicha aportación.
¿Que me dices que el dinero que se aporta a la Iglesia es un dinero que pierde el Estado y que, por tanto perdemos todos? ¿Quienes son todos? ¿Los sindicatos, los de la industria editorial, los del teatro, los del cine, los de los libros, los de la danza? Ahí es donde está la discriminación que tú sacas a relucir. Resulta que hablamos de la Iglesia y del Estado, pero no hablamos de los sindicatos y del Estado, por poner un ejemplo.
Lo mismo lo que quieres decir es que habría que eliminar todo tipo de ayudas y subvenciones, pero no digas que con marcar la famosa casilla pierde el Estado. Puedes decir, si acaso, que pierde el sindicato X o el amigo A, que pertenecen al Estado de igual manera que la Iglesia Católica.
Dicho queda.