Hola Cris.
La cuantía de la plusvalía depende de muchos factores, sobre todo de la fecha en que el vendedor adquirió los terrenos. No podemos aventurar cifras basándonos en ejemplos ajenos, las diferencias de unas promociones a otras son brutales.
Aparte de eso, no puedo evitar hacer unos comentarios:
No sé dónde has investigado el asunto de las subrogaciones, pero lo que dices tiene poco que ver con la realidad. La ley está de nuestro lado y la jurisprudencia también: la gran mayoría de los juicios por clausulas abusivas de subrogación son ganados por los demandantes, y las promotoras están dejando de encasquetarle la subrogación a la gente porque saben que llevan las de perder. Es cierto que siempre existe un riesgo de perder, pero no por ello voy a renunciar a reclamar mis derechos y a pedir que se cumpla la ley, sobre todo porque no estoy solo, y aunque sea remoto, si nos ponemos en el peor de los casos (perder el juicio), los gastos compartidos con mis vecinos serán francamente asumibles.
Por otro lado, tienes razón, no podemos quejarnos tanto. Lo que tenemos que hacer es actuar y denunciar cuando vemos un incumplimiento. No me puedo conformar con saber que hay otros que están peor y felicitarme por ello. No pretendo molestarte, pero me gustaría que te dieras cuenta de que, si todos tuviéramos esa actitud, asumiríamos los abusos con naturalidad y favoreceríamos que se aprovechasen una y otra vez de nosotros.
Y por favor, ¡no defiendas los argumentos de Neima! Es cierto que todos firmamos un documento en el que asumíamos unas clausulas abusivas. Pero nos las impusieron: "lo firmas con estas condiciones o lo dejas". No pudimos elegir libremente, porque la opción "libre" era renunciar al bien (la vivienda), y eso significa que el promotor abusa de su situación de poder. Resumiendo: la ley reconoce explícitamente que se trata de clausulas ilegales, que carecen de vigencia, y que da igual que las firmemos o no: se consideran como inexistentes. Si la ley reconoce que ese documento no nos ata, ¡no nos atemos nosotros mismos!
Un saludo,
ago