El fascinante Pocero
El pasado mes de abril Francisco Hernando, el Pocero, mantuvo una reunión con el equipo de gobierno de Seseña. A cada concejal se le entregó un escrito cuyo título rezaba: “Temas a tratar”. Eso es que el distinguido señor tiene costumbre de que se le traten los temas. Don Francisco llega al Ayuntamiento de Seseña, convoca una reunión con el equipo de gobierno, y éste colectivo ¡se reúne con el susodicho!. ¿Y por qué?. Este tipo de reunión sería totalmente normal siempre que se acreditara que cualquier otro vecino de Seseña, realizando la misma práctica, consigue que el citado equipo de gobierno se reúna con el vecino y además le trate los temas. En tan peculiar orden del día constaban veinte puntos, entre los cuales se recogían literalmente las siguientes exigencias, que no peticiones: “poner a una calle Francisco Hernando, votada ya en Pleno definitivamente”; “llevar a Pleno lo del parque con el nombre de María Audena. Se tiene que llamar así por votación en Pleno”; “dejar la rotonda con el nombre de Residencial Francisco Hernando”; “hacer un circuito de coches y motos en Seseña”. La expresión “llevar a Pleno lo del Parque” denota que el tema habían tenido tratamiento previo. El nombre de su esposa, María Audena, debe ponerse a un Parque. Si Ortega y Gasset tiene parque en Ciudad Real, ¿por qué no lo va a tener María Audena en Seseña?. Al fin y al cabo, quién sabe las dotes filosóficas de la tal María.
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