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Enfrentamiento vecinal ante el futuro de la urbanización de El Quiñón
Mientras un grupo de residentes reclaman que el Ayuntamiento
asuma ya los servicios del barrio, la Asociación de Vecinos respalda al alcalde en el proceso de ruptura con el promotor
latribunadetoledo.es
J.A.J./Toledo
El conflicto de El Quiñón no sólo es un pulso entre su promotor, Francisco Hernando ‘El Pocero’, y el alcalde de Seseña, Manuel Fuentes. O un choque entre Hernando y los demás propietarios del terreno en la zona, que se ha traducido en un retraso en las finalización de las infraestructuras urbanísticas del residencial. También los propios residentes del barrio están enfrentados ante la reducción de los servicios que el constructor presta al residencial y qué debe hacer el Ayuntamiento ante este problema.
Para entender esto, hay que recordar que determinados servicios de un área urbana, aunque sus inquilinos paguen impuestos, deben ser abonados por su constructor mientras no se acaben todas las infraestructuras necesarias para vivir en ella y el barrio pase así a manos municipales. En El Quiñón, esos servicios son la obra del agua (ahora el barrio dispone de una tubería provisional), el desvío de una línea de alta tensión y una conexión con la A-4. Cuatro años después de que El Quiñón comenzara a habitarse estas infraestructuras siguen sin hacerse entre acusaciones mutuas de Ayuntamiento y constructor sobre quién es el responsable de su retraso. Y, hace unos meses, empezaron las denuncias de vecinos de que servicios como el alumbrado empezaba a prestarse de manera deficiente por el promotor.
La reciente decisión municipal de asumir el alumbrado, la limpieza viaria y de zonas verdes y otros servicios por la vía de rescindir el contrato que el Ayuntamiento mantiene con Hernando como agente urbanizador (un trámite que llevará tiempo hasta que sea efectivo) no ha satisfecho las demandas de la totalidad de los 4000 vecinos que ahora residen en las más de 2.000 viviendas en uso en el barrio. Aunque la Asociación de Vecinos, antaño vinculada a El Pocero, respalda ahora el procedimiento seguido por Fuentes, ha surgido en las últimas semanas un grupo vecinal que lo que exige es que el Ayuntamiento asuma directamente la gestión de la zona habitada.
Para ello, se basan en el mecanismo de la ‘recepción parcial’ de la parte habitada por el Consistorio de manera inmediata. Además, rechazan que se rescinda el contrato con el promotor, ya que el Ayuntamiento no asegura quién se hará cargo de las infraestructuras pendientes. Por el momento, afirman que han recogido las firmas de 2.000 residentes del barrio respaldando su petición, detallando que 1.000 de ellos son empadronados.
Uno de los portavoces de esta corriente de vecinos, Pedro Sánchez, acusa al alcalde Fuentes de ser el responsable del actual bloqueo del desarrollo de El Quiñón por no estar abierto a acuerdos con Hernando. Pone como ejemplo la obra de suministro de agua, que el regidor de IU concedió a una constructora distinta a la de Hernando «sólo para fastidiarle» y que terminó paralizada. Ante cuestiones como la negativa de Hernando a abonar los costes de esa obra, que el Ayuntamiento alega para justificar la paralización, Sánchez recuerda que «Onde 2000 es la única empresa que tiene los depósitos preparados para colocar en El Quiñón», por lo que instó al alcalde a alcanzar un acuerdo con el constructor. Un acuerdo que pidió que se traslade a otros temas como el desvío de la línea eléctrica, que piden que quede fuera la zona de la urbanización.
Este portavoz de la corriente vecinal opuesta al alcalde pide que la coincidencia de sus planteamientos con los de Hernando no se confunda con un sometimiento al promotor. «Defendemos lo mejor para los vecinos, si coincide con lo que pide el promotor, qué le vamos a hacer», afirma advirtiendo que prepararán una manifestación en próximas fechas.
Curiosamente, la Asociación de Vecinos coincide en que el problema de la falta de infraestructuras obedece a la falta de un entendimiento entre el promotor y el alcalde. Pero ponen a Hernando de responsable. «Queremos una recepción o una negociación, pero no queremos que haya una recepción y que este hombre -por Hernando- siga de agente urbanizador porque no quiere negociar», explica Juan Domínguez, presidente de la Asociación de Vecinos.
Lo que no desea Domínguez es que el mantenimiento del barrio se quede «a medias» como ahora, reprochando que el agente urbanizador no mantiene sus compromisos de seguir prestando sus servicios mientras no se terminen las infraestructuras completamente. Eso sí, se muestra pesimista de que haya un entendimiento entre Consistorio y constructor. «Él lo que quiere es esperar a las próximas elecciones, a ver si hay un nuevo equipo de Gobierno, pero nosotros no podemos esperar», comprendiendo por esta vía que el Ayuntamiento haya actuado rompiendo toda relación con Hernando «si así lo público se hace cargo».
En cuanto a las recogidas de firmas hechas por el nuevo grupo, Domínguez considera que se están aprovechando del desconocimiento de los vecinos sobre sus fines verdaderos. «Si a la gente le dices que firme para arreglar esto, la gente firma pero no lee lo que están pidiendo» y deja claro que «recepción parcial y que siga el agente urbanizador, es algo ilógico», dudando que Hernando quiera terminar las infraestructuras del barrio.