Ascendimos por la cara sur y ahora descendemos por la jeta norte. Yo estoy ya aburrido. El guía dice, que ha sido la peor expedición de su vida, seguro que lo dice por los otros. La expedición la componemos 12 personas y el guía. Menudo cachondeo hay con esto, yo. esporádicamente, pregunto en voz alta, ¿ cuántos somos ?, y siempre hay uno que entraba al trapo y contesta: “ trece”, a lo que les respondo “agárramela por si me crece”. Hay uno que dice: “ ¡! Uy!! Que mala suerte, pensaba decir 12+1. Son más tiernos que el día de la madre.
Como te decía, somos 12 sin incluir a Rafa, el guía. La expedición la componemos 10 hombres y 2 mujeres con caras de sargentos . Todos menos un servidor, son funcionarios con sus carreras truncadas que querían ASCENDER.
Hay que ver, el poco espíritu de sacrificio de algunos funcionarios, hay uno, que cada vez que subimos 5 metros, dice: “me pido un día libre de mis moscosos”. También los hay los excesivamente diligentes. Hay uno que va en la cuerda dos puestos por debajo de mi , pues el tío muchas veces me pasa y me dice: “ maricón el último “ . Yo voy en la cuerda justo en el número siete, debajo de las tías. Y de ellas, mejor ni os cuento. Cada vez que iniciamos la escalada, se dirigen al guía, diciéndole: “ Rafa, Rafa, tenemos que parar, nos estamos meando”. Los trajes que llevan ellas, vienen preparados con una cremallera para dejar el mogino al aire y liberar los esfínteres sin bajarse el pantalón. Una cosa es que me guste la lluvia dorada, pero coño ¡!, como voy justo debajo, llevo el pelo todo el día como si me hubiese echado gomina efecto mojado. Menudas funcionarias meonas están hechas.
El caso es, que lo he pensado bien, no volveré a emprender una aventura de estas. Lo único que voy a subir y bajar a partir de ahora, es la Cuesta de la Reina, y además, en coche. Eso si, no dejaré de visitar y cabalgar a la semana, unos o varios Montes de Venus.