En general, las viviendas están muy bien, lo único es que al principio hay que poner todo en marcha y es cuando surgen todas las incidencias. Nosotros, todos los días tenemos a alguien en casa, arreglando desperfectos o instalando algo, por lo que todavía no hemos tenido la sensación de hacer “vida normal”.
Los pisos parece que están bastante bien aislados, tanto térmica como acústicamente. Yo apenas percibo ningún ruido del exterior y la temperatura se mantiene suficientemente bien (salvo quizás la del salón, al estar más expuesto por el gran ventanal). El suelo radiante hasta el momento bien, aunque en nuestro caso, los termostatos marcan más temperatura de la que realmente hay, por lo que siempre hay que subir el mando de la temperatura un poco por encima de lo normal, para alcanzar la temperatura que quieres.
Lo que más nos ha preocupado hasta ahora han sido las fugas de agua/humedades, que por lo visto están siendo frecuentes, aunque en nuestro caso, parece que ya está solucionado.
La tarima, aunque muy bonita, también nos está dando bastantes quebraderos de cabeza. Cruje por casi todos los lados, y aunque estamos realizando el mantenimiento (humedad paulatina), no tiene pinta de que los crujidos vayan a desaperecer. Tampoco está bien nivelada en todas las partes, existiendo pequeños badenes y huecos entre el suelo y rodapié en ciertas zonas; esto por lo visto tiene dificil solución, salvo retirar toda la tarima y el suelo radiante, nivelar el subsuelo de nuevo y volver a colocar todo. Y todo esto sin hablar de su fragilidad, ya que se raya con sólo mirarla… la nuestra parece ya un Picasso.
La limpieza de las viviendas a la entrega, “aceptable”, aunque obviamente hay que realizar una primera limpieza a fondo. Las zonas comunes bastante sucias.
Las plazas de garaje suficientemente amplias, en nuestro caso, no tenemos queja.
En general las sensaciones son buenas, aunque como con todo, muchas cosas son mejorables.