No es votar... sino guardar cierta estética, como casi todo en la vida. No es lo mismo llevar un perfume agradable, que mime las pituitarias y la nariz del de enfrente, que perpetrar un olor terrorífico que te amarga todo el día. En cualquier caso, cuando sucede esto, jamás se le dice a la susodicha en su cara, precisamente por aquello de la estética y el respeto.
En fin... la vida misma.