LA VANGUARDIA - 21/11/2004
La deducción por adquisición de vivienda es una de las desgravaciones más populares del IRPF y una de las vías más utilizadas para aliviar los pagos a Hacienda. Tanto, que en el actual escenario de bajos tipos de interés no faltan contribuyentes que, pudiendo pagar su casa al contado, optan por solicitar una hipoteca para así gozar de este beneficio fiscal más años.
El descuento máximo que se puede conseguir ronda los 1.800 euros (véase gráfico), con independencia del nivel de renta del contribuyente, puesto que esta desgravación se aplica una vez calculada la cuota que debe pagar. "Para una familia de muchos ingresos esta cantidad puede parecer poco, pero para una de rentas medias o bajas equivale a 150 euros más al mes para pagar la hipoteca o, lo que es lo mismo, a 30.000 euros más de capacidad de compra al elegir su vivienda", afirma uno de los asesores fiscales consultados. Hay que tener en cuenta, además, que en parejas en las que trabajan los dos miembros y declaran por separado el importe de la deducción puede llegar a duplicarse.
De ahí que, aun sin considerar esta deducción un factor decisivo en la fijación de precios de la vivienda, existan muchas voces que la relacionan con el auge que vive el mercado inmobiliario. "Hoy día, con los tipos tan bajos, se da el caso de familias que pagan los intereses de su hipoteca con la desgravación", comenta algún asesor.
Tan elevada aceptación tiene su reflejo en las arcas públicas. El año próximo, Hacienda estima que dejará de ingresar 3.076 millones de euros debido a este incentivo a la compra de vivienda, una cifra que probablemente no sea ajena al hecho de que la deducción esté incluida en la lista de reformas.
Desde el ministerio que encabeza Pedro Solbes aseguran que en ningún momento se ha hablado de eliminar de golpe la desgravación por vivienda. "Si con la reforma del IRPF bajas la tarifa, es lógico que puedas reducir este incentivo o iniciar un proceso de supresión gradual, respetando siempre los derechos adquiridos", añaden las mismas fuentes, que enmarcan este debate en un análisis más amplio sobre las ayudas para acceder a una vivienda, al margen de que ésta sea en propiedad o alquiler.
Pablo Torrano, de la firma Garrigues Abogados, opina que "tal y como está ahora la deducción no tiene sentido suavizarla más ; la decisión ha de ser quitarla o mantenerla". Antoni Duran recuerda que "la desgravación estaba pensada para ayudar a la gente más joven y con menos renta a adquirir su primera vivienda, pero está siendo utilizada por muchos otros, incluso por los que no necesitan ni hipoteca. Por tanto, tendría sentido reconducirla hacia subvenciones directas a quien realmente lo necesite, o restringir sus actuales condiciones para que llegue a los destinatarios para los que fue pensada".