Hola a todos,
En primer lugar, quisiera comentaros que ha sido una suerte de consuelo encontrar este foro, no tanto por el hecho de ver que no soy el único que está pasando por un via crucis por culpa del incivismo de sus vecinos, sino porque me confirma que no soy yo el hipersensible. Simplemente soy una víctima más de un tipo de personas que no tienen ni sentido común ni empatía por nadie.
Yo, como muchos de los del chat, me compré un piso hace 4 años, en una zona ‘bien’ del centro de Barcelona. El piso tenía que reformarse y, sabiendo del ruido de la calle, aislé todo lo que pude ese factor. La verdad es que me las prometía muy felices: comunidad cuidada, servicio de portería, gente de clase media o media-alta… En fin, que era una manera de asentar un hogar en condiciones. Y así fue durante aproximadamente un año y medio… Entonces empezó la pesadilla. Así, un día de junio, a eso de las 4 de la tarde noté que mi piso empezaba a vibrar, literamente. Saqué la cabeza al patio de vecinos y ciertamente retumbaba todo el edificio (8 plantas y 6 vecinos por planta). Al no poder detectar de dónde venía, cerré ventanas e intenté olvidarlo, más allá de que la música electrónica que ocasionaba el ruido se oyera como si naciera en mi propio piso.
El tema es que esa ‘primera vez’ se volvió constante y acabé descubriendo que procedía de mi vecino de abajo… Y literalmente pensé, ‘Houston, tenemos un problema’. Y así fue… porque ese fue el inicio de mi pesadilla. Obviamente intenté optar por la cordura y hablar con él, pero ya en el primer intento vi que la cosa tenía difícil solución. Acababa de separarse (ahora entiendo que su pareja le aportaba cierta ‘cordura’) y había entrado en una espiral de darlo todo: alcohol, porros y otras drogas a cualquier hora del día con música discotequera y una baja laboral que duró año y medio (funcionario de 55 años...). Y la sinrazón más absoluta: “en mi casa hago lo que quiero”.
En ese momento, el problema de convivencia se empezó a convertir en un problema de salud para mí. Ansiedad, insomnio, irritabilidad, fatiga… Intenté ponerle soluciòn, incluso acudí a terapia psicológica, pero con el tiempo me he dado cuenta de que yo no tengo ningún problema oculto, simplemente convivo con un ser desaprensivo. Y aun así, me siento afortunado porque mi ‘problema’ es diurno y solo con música y tele a un volumen, ahí no exagero, insoportable. Leyendo muchos comentarios veo que hay gente que tiene un infierno de 24 horas. Y, por cierto, mi vecino es español, de toda la vida, vive solo, pero es tan insoportable como si viviera con 500. Vamos, que incívicos los hay de todos los orígenes…
La cuestión es que durante el confinamiento me trasladé, por circunstancias, a casa de mi pareja… y todo fue bien y como una seda (vecinos con niños, encerrados 24 horas, que no molestaban para nada). Hace 10 días hemos tenido que volver a mi piso y la situación sigue igual, es decir, fiesta musiquera constante.
Con el tiempo, me he dado cuenta de que he desarrollado una hipersensibilidad al ruido, y eso es algo que tengo que trabajar yo (por momentos, me detengo en búsqueda de ruidos aunque sean imperceptibles), pero también he asumido que mi vecino es un verdadero ‘terrorista de la convivencia’. He optado por vías pacíficas y educadas, pero no sirve de nada, y las legales no te garantizan nada. Conclusión (triste, pero real): a la que pueda vendo mi piso.
Y ahí viene mi duda: tengo decidido que me voy a un pueblo con urbanizaciones a 30 minutos de Bcn y que quiero una casa lo suficientemente separada de otras, pero claro, eso no es garantía de evitar a una familia o personaje que en jardines o espacios colindantes ponga la música a tope (mi mejor amigo es de estos) y, por tanto, me da verdadero pánico reencontrarme en una situaciòn análoga… ¿Qué haríais?
De momento, y en comparación con algunos de vosotros, me siento un afortunado, porque me he trasladado de nuevo a casa de mi pareja y he podido evitar el infierno… Solo me queda daros muchos ánimos, porque como decía al principio, el sentirse acompañado de alguna manera ayuda, ni que sea para desahogarse...