Ejemplo real, debidamente exagerado, que he sufrido.
Un solo propietario con ganas de recordarte cada dos por tres cuales son sus derechos y tus obligaciones como presidente, unido al resto de propietarios que acuden a las juntas y el adminiostrador que están en plan “buen rollito” me hacen tomar la decisión de dimitir.
Buenoooo! Los ayatolás de la LPH me recitaron de carrerilla los versiculos correspondientes. Como diría Javier Krahe: Imaginaos la escena, cualquier otro sin mi fe, con seguridad blasfema se marcha a tomar café, pero yo no flaqueé.
- Vale, vale. Y el presidente puede convocar una junta extraordinaria, fijando día, lugar, hora y orden del día.
- Sí.
- Tomad nota. El domingo a las 3am, en el patio de mi casa en Cabañas de Virtus (a solo 250 kms de la comunidad) único punto en el orden del día: Asignación de un coche oficial al presidente de la junta.