El convenio colectivo de limpieza obliga a la subrogación de la limpiadora, siempre y cuando su contrato esté bien realizado, este adscrita a ese lugar de trabajo y los seguros sociales estén correctos. La nueva empresa de limpieza está obligada a contratarla, si no lo hacen, la trabajadora podrá denunciar y en caso de que no se la subrogue la nueva empresa y/o en su defecto la comunidad la deberán indemnizar por despido improcedente. La comunidad es responsable solidaria en estos casos, por eso es importante que las comunidades o sus administradores revisen los contratos de los trabajadores de limpieza y exijan a las empresas el cumplimiento de sus obligaciones laborales.