No es un grito de guerra de un clásico del cine patrio de los setenta ambientado en Torremolinos, sino lo último en el mercado inmobilario playero. Más de 1,1, millones de suecos -el 10% de la población- visitó nuestro país en 2010 (último dato), y, a fuerza de viajar, están aprovechando su alto nivel adquisitivo, pues su salario medio dobla al español, y los bajos precios, para adquirir viviendas en las costas españolas.