...y desde mi balcón también veo espectáculos de la alegría por parte de muchachadas, galopines y gaznápiros varios, trotando alegremente, o en bici, o pateando esféricos con fuerza y ganas. Vamos, que si le dan a un cristal y casca, paga la comunidad (véase, el conjunto de papis y mamis, propios y ajenos, y otros tantos vecinos con hijos no natos). Y lo mejor (mejor dicho, lo peor) que como le calcen un chupinazo a un cristal embellecedor del frontal del edificio, y le dé por caerse, entonces pondrémos el grito en el cielo sino el lamento porque pueda ocurrir una desgracia. En fin, yo avisaré al Praditos para que les quite el balón, que el es más grande y fuerte que yo...
Y de otra, la auténtica colección de símbolos fálicos que se contemplan en las galerías subterraneas y complejo de elevadores. ¡Vean ustedes con menos de doce años lo que gasto y lo que busco!. Y a postre, un buen lapo en el ascensor, que olía a tabaco y malas formas. Nauseabundo a la par de simplón e irrespetuoso. Pero como diría el otro colega, manda güevos.
Pues nada, yo pensaba que estaba asilvestrado, pero virgencita, que me quede como estoy. ¿Puedo un día ir dando vueltas y gritos por el patio en plena pelota picada?. Presi, vocales y consonantes, vecinos varios, un poquito de por favor....