¿Porqué lo llaman Privatización cuando quieren decir Expolio?
Privatizar.
O cómo enriquecer a amigos y familiares malvendiéndoles los bienes públicos. Cuando privatizan un servicio o una empresa, siempre es una que funciona, una empresa productiva, ya establecida, con costosas infraestructuras que han sido pagadas por todos los ciudadanos, que probablemente ninguna empresa privada hubiera podido costearse como inversión inicial.
Los políticos privatizan servicios que funcionan, que dan beneficios, dan un beneficio a la sociedad, y que, por supuesto, son imprescindibles para la sociedad, ¿y cual es el argumento de los políticos para privatizar estos servicios? dicen que no son rentables.
Vamos a ver. La rentabilidad de estos servicios se paga con los impuestos de los ciudadanos, por ello se llaman servicios públicos, ¿o es rentable la administración pública?, por lo que un servicio público no tiene que ser rentable. Pero vamos a ponernos en su punto de vista, desde el punto de vista materialista y lucrativo el político, venga, aceptamos que los servicios públicos no son económicamente rentables desde el punto de vista empresarial, ¿la culpa es de los trabajadores de este servicio público?, no señor, si una empresa funciona mal, el 100% de las veces es culpa de quienes la dirigen, ¿y quienes dirigen las empresas públicas? ¡¡¡Políticos!!!
Tenemos comprobado que un político es el peor gestor posible para cualquier cosa gestionable, según llegan a un sitio, lo primero que hacen es contratar a su ‘personal de confianza’, que son amigos y palmeros, no personas válidas, sino todos aquellos en los que todo político que se precie se apoya para trepar, todos estos son contratados con sueldos millonarios. Muertos de hambre (de dinero) que no saben hacer la ‘O’ con un canuto, cobrando miles de euros de nuestro trabajo, que tanto nos cuesta ganar, y que con tanta alegría malgastan.
Bueno, pero todo esto de que los políticos con unos completos ineptos gestionando ya lo sabíamos, está comprobado científicamente que donde meten la mano comienza a faltar dinero…
Los políticos siempre nos han vendido que las privatizaciones son buenas dándonos las siguientes razones:
Eficiencia: dicen que una empresa, cuando se privatiza, y sus gestores pasan a ser personajes privados, en busca de beneficios, se convierte en una empresa más eficiente.
Vamos a ver, analicemos esto, una empresa pública da un servicio público, que repercute en los ciudadanos, y ese debe ser el beneficio, por ejemplo, unos precios asequibles y un servicio orientado al ciudadano, cuando una empresa pública pasa a manos privadas esto cambia, el ciudadano al que servir se convierte en cliente al que facturar, y se pasa de intentar dar un buen servicio a intentar minimizar el coste para maximizar el beneficio.
Y si no son ‘suficientemente’ eficientes, la culpa será de quien gestiona estas empresas públicas, ¿y quien las gestiona? Políticos.
Libre competencia: uno de los grandes engaños es que la llamada ‘liberalización del mercado’ es beneficiosa para el consumidor, ya que si hay más competencia, los precios bajan y mejora la calidad del servicio.
Todo esto sería cierto en el país de la piruleta donde todo es bonito, de color de rosa, y sabe a caramelo. Pero sabemos que esto no es así para nada, porque si unas pocas empresas dominan un sector, por ejemplo, hidrocarburos o energía, pactan los precios para sacar ingentes beneficios sin hacerse daño mutuamente, es decir, se convierte en un monopolio encubierto, cuya víctima es el consumidor, lo podemos comprobar todas las veces que vamos a echar gasolina o que nos llega la factura del gas o la luz, todos tienen el mismo precio, hinchado, por supuesto, y todos hemos sido testigos de prácticas mafiosas por parte de estas empresas, que ejercen gracias a su posición dominante y a que tienen como asesores a unos cuantos antiguos políticos de peso, como pago por sus servicios anteriores.
Liquidez: la venta de una empresa pública proporciona al estado dinero efectivo.
Pan para hoy y hambre para mañana. Es como si vivimos en un pueblo y vendemos al vecino el pozo de donde cogemos agua para comprar un reproductor Blu-Ray. Calidad del copón en FULL-HD y 3D, pero… ¿Qué ocurrirá cuando tengamos sed? Pues que tendremos que comprarle el agua al vecino, pagando el precio que nos diga.
Todos conocemos la escasez de miras y lo cortoplacistas que son nuestros políticos, que cuando llegan al poder se creen dueños y señores de todo lo público, y se creen con derecho a venderlo en beneficio de lo que ellos consideren oportuno.
Eso en mi pueblo se llama expolio.
Participación ciudadana en los beneficios de las empresas: se supone que al privatizar una empresa, los ciudadanos pueden comprar acciones y participar de los dividendos y beneficios de la empresa.
Bien. Mentira cochina, las acciones ya no están para generar dividendos a cambio de participación en capital, como en un principio se creó (en el principio de los tiempos). Ahora las acciones son parte del juego del juego de la economía de casino, donde los bancos ganan ingentes beneficios especulando, pero donde el ciudadano es un miserable títere.
La participación ciudadana en los beneficios de estas empresas es miserable, ya que quien se lleva los beneficios son las empresas que tienen participaciones mayoritarias, que normalmente son bancos.
Como podemos comprobar, las razones que los políticos nos dan para privatizar algo no son otra cosa que mentiras y patrañas, ya que cuando se privatiza una empresa quien sale perdiendo es el ciudadano, que pierde el control sobre el suministro de bienes y servicios de primera necesidad, como energía, sanidad, agua, transporte, etc. Y pasa a ser un pelele en manos de monopolios permitidos por los políticos, ya que participan activamente de los beneficios de estas empresas, porque, cuando un político quiere dejar de ser político, ¿qué empresas les contratan? Las privatizadas, y por una pasta.
Ahora vamos a ver unos pocos ejemplos de empresas privatizadas y su situación actual, nos daremos cuenta de la estafa y expolio que hemos sufrido por parte de nuestra casta política.
Repsol: comenzó su privatización en 1989, y fue vendiéndose a cachos, si sumamos todo lo que el estado recibió por la venta de Repsol, suma 5.230 millones de euros. El resultado de beneficios netos de Repsol sólo en el año 2012 fue de 1.800 millones de euros, simplificando, que por haber conseguido un líquido de 5.230 millones de euros, los ciudadanos hemos dejado de recibir anualmente unos 1.800 millones cada año, y probablemente tendríamos la gasolina más barata de lo que la tenemos ahora (1,45 € el litro de Súper, 240 de las futuras pesetas). Lo dicho, pan para hoy, hambre para mañana.
Telefónica: comenzó su privatización en 1987, también se vendió en lotes, se vendió cerca del 75% en oferta pública de valores, por 7.109 millones de euros en total. El beneficio neto en el año 2012 de esta empresa se eleva a 6.465 millones de euros. es decir, casi sólo bastaría el año 2012 para amortizar lo que recibió el estado por expoliar una empresa de todos los ciudadanos, con costosas infraestructuras pagadas con los impuestos de todos. Imagínense poder disponer de esos beneficios actualmente y anualmente para el disfrute de los ciudadanos. Otro caso de pan para hoy, hambre para mañana.
Endesa: comenzó a venderse en 1988, se vendió cerca del 85% de participación por un total de 12.175 millones de euros. El resultado de beneficios netos en el año 2010 fue de casi 4.130 millones de euros. Y esos beneficios a nuestra costa, clavándonos con el timo del llamado ‘déficit tarifario’ y pactando precios con la competencia. Y por supuesto, haciendo uso de infraestructuras pagadas con dinero público en su propio y jugoso beneficio.
No hace falta mencionar lo rentables que son otras empresas privatizadas como Indra, Gas Natural, Tabacalera, Argentaria e Iberia.
No, no te creas que los políticos venden empresas públicas que van mal o que no tienen potencial, sino que venden nuestras mejores empresas, es más, venden las empresas que producen bienes y servicios de los que no podemos prescindir, en realidad, nos están vendiendo a nosotros, los ciudadanos, ya que nos dejan indefensos ante los designios de una empresa privada que quiere maximizar sus beneficios a costa, simplemente podemos comprobar cómo en plena época de crisis y recesión, los bienes y servicios de estas empresas no paran de aumentar de precio, y sus beneficios anuales no paran de engordar y engordar a costa de los sufridos ciudadanos, indefensos y traicionados por la clase política, que en lugar de hacer eco de los deseos e intereses de los ciudadanos, nos consideran como recursos a explotar, maximizando el beneficio del estado en su propio beneficio, cueste lo que cueste.
Y se ven ya noticias de que nos quieren privatizar el suministro del agua, y nuestro sistema sanitario. Y todo esto lo hacen sin publicidad, con nocturnidad y alevosía. Y cuando tengamos que pagar el agua a precio de J&B, suministrada por pantanos que hemos pagado nosotros, y por tuberías salidas de nuestros impuestos, y cuando vayamos a un hospital y nos manden a casa con los puntos de la operación frescos por no ocupar una cama y no generar gasto, cuando pase esto, nos preguntaremos ¿cómo hemos dejado que pase esto?
Pero para entonces será demasiado tarde.