A priori, sobrevolando sobre la noticia, el proyecto de la compañía estadounidense Cordish suena a una Eurovegas 2. Es inevitable. Después de tanto hablar del señor Sheldon Adelson, de todos los casinos que iba a hacer en Madrid, de conocer hasta el mínimo detalle de la Venta de la Rubia, el secarral de Alcorcón donde se iba a construir los macrocasinos y cuyos pocos habitantes hasta la fecha eran (y siguen siendo) militares en prácticas, amantes del aeromodelismo y bastantes conejos, de disfrutar (en imágenes) de los oropeles de los hoteles que había construido el magnate por medio mundo, al final todo se quedó en un sueño roto y creó escepticismo a todo lo que suene a una enorme inversión. Sobre todo para el Gobierno regional, del PP, primero para Esperanza Aguirre, y luego para su sucesor Ignacio González, que iban a apadrinar un proyecto que generaría miles y miles de puestos de trabajo, pero que se frustró en diciembre de 2013.