Con un apartamento en propiedad, José Manuel se lanzó a alquilar la vivienda heredada de sus padres animado por sus amigos y conocidos: "Se gana dinero. Es muy fácil. Está de moda...", le decían. ¿Qué podía fallar? El apartamento, situado en el Eixample de Barcelona, reunía todos los requisitos para atraer a los cientos de turistas que cada día llegan a la ciudad, pero ocho meses después de iniciar su plan, José Manuel se dio cuenta de que no era tan bueno como pensaba. "La suciedad, los desperfectos, las quejas de los vecinos por el ruido y las molestias... El precio era 75 euros por noche, pero aun así no me compensaba con todos los gastos y molestias que conllevaba el alquiler", explica en conversación telefónica con EL MUNDO.