El acceso a una vivienda digna y adecuada es un derecho universal, reconocido como fundamental en diferentes constituciones, incluida la española, que, por su estrecha vinculación con la dignidad del ser humano y porque nos construye como personas, sirve de casa para otros derechos, como a la salud, la privacidad, la educación y al progreso educativo, a disfrutar de oportunidades de empleo y a vivir una vida en paz, por poner algunos ejemplos. Sin embargo, pese a su transcendencia, constituye un problema de gran complejidad en todo el mundo.