Consiguen lo que hace años parecía impensable. Poder contratar una hipoteca sin tener que entrar en una oficina bancaria. Y hacerlo, además, a precios más competitivos que si firmaran directamente con el banco, lo que a la larga se traduce en un ahorro muy significativo: una media de 40.000 euros a lo largo de toda la vida de la hipoteca, aunque la cifra, según el importe de préstamo, el interés y el plazo de amortización, puede ser muy superior.