«Junio de 2017 fue el mes clave. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid no nos dio la razón al recurso y teníamos ya una provisión de 2,5 millones de euros que pensábamos que tendríamos que pagar, pero pensamos que había que llegar hasta el final... y, fíjate, ahora estamos contentísimos». Quien habla es una de las cinco personas que componen el equipo técnico y jurídico de la Empresa Municipal de la Vivienda de Rivas, que ha provocado, a base de insistencia y siete años después de su primera reclamación, un terremoto en el sector bancario tras la sentencia del Tribunal Supremo que respalda que el banco sea el que pague el impuesto de actos jurídicos documentados (AJD), que graba las escrituras que tienen un préstamo hipotecario con entre un 0,5 y el 1,5% de la totalidad, que hasta ahora pagaba el cliente.