Disponer de patrimonio inmobiliario ha sido durante muchos años una forma de asegurarse un ahorro del que disponer pasados los años. Ese ha sido el caso de Domingo Castillo y su mujer, un matrimonio septuagenario sin hijos. Ellos pusieron a la venta su inmueble, una casa en la zona Retiro de Madrid, de 120 metros cuadrados útiles, garaje y dos trasteros, por 220.000 euros. Lograron venderla, pero seguirán residiendo en ella hasta que fallezcan. La operación llevada a cabo se hizo a través de una fórmula muy arraigada en países como Francia e Italia: la venta de la nuda propiedad, un procedimiento que permite a una persona, normalmente de avanzada edad, vender su bien más preciado a un tercero sin necesidad de tener que abandonar su hogar.